LA BICICLETA A LA MIERDA Y PÁJARO TIRAO DE GUATITA EN LA VEREDA JUNTO CONMIGO
Pájaro negro cruza
los pasajes del cielo en bici escuchando a Frusciante. Not a sound to be
Heard/ We’re awful, awful, Contemplando las cicatrices de lo que habíamos
sido esa tarde y años atrás. Parecía una noche maravillosa de nostalgia para mi
amigo y de luto para mí, aunque eso es lo que menos importa. Era una pausa
entre amigos y música para aullar las injusticias vividas en las calles. Corriendo,
saltando, gritando y la única protección la capucha improvisá para no terminar
respirando lacrimógena en el tórax. Todo
ese juego que uno sabe de entrada que ya está perdido. El primer domingo
después del estallido fue una batalla campal. Una batalla desigual donde el
guanaco y el zorrillo nos hizo correr en 2 horas lo que ni corremos en un año…
Bañaditos en agua de guanaco y pasados hasta el calzoncillo a ese gas asqueroso.
Al suelo conchatumadre, al suelo te estoy diciendo mierda. Pájaro negro no
atinaba al asalto que estábamos viviendo. Tres sujetos contra nosotros que
íbamos piolita. Parecía un asalto de madrugada. Al suelo culiao. Una patada
bien dá y los brazos bien estirados a la espalda. Y de golpe al cemento. Clavá
la rodilla y el cuerpo del hueón encima mío.
La bicicleta a la mierda y pájaro tirao de guatita en la vereda junto
conmigo. No me mirís la cara hueón. Obedece culiao o sino te vamo a sacar la
mierda. Tranquilo tranquilo, no hemo hecho na. Como que nada, saltaron al
regimiento po culiao. POR QUÉ ME GRABAI HUEÓN POR QUÉ ME ESTAI SACANDO FOTOS
CONCHATUMADRE. No teníamos ningún celular en la mano, si teníamos a dos perros
de civil mordiéndonos la espalda ratos pegándonos sus zamarreadas apretándonos
contra el cemento húmedo y anochecido. Y otro perro entero jalao que nos ladraba
como un desquiciado. Esto no tiene sentido me decía a mí mismo en un lenguaje
que poco y nada podía representar la realidad. Se estaban alterando con mi
amigo y yo, tranquilo cabros hueón, nunca saltamos al regimiento, no pasa na. Y
dónde está el otro po hueón, ¿qué otro? Su amigo po culiao, no te hagai el
hueón si eran tres. Están las grabaciones. Cagaron conchatumadre. Asuman la hueá.
Pásenme su carné. Pásenme sus celulares, todo lo que andan trayendo
conchatumadre. $1170 y no había más. Qué son ustedes. Estudiantes somos,
profes. Como que profe culiao, si tenís 18 años pa qué mentís. No tengo 18 años, tení mi carné como te voy a
mentir. NO ME GRABÍS CONCHATUMADRE. Pero cómo te vamo a grabar si tú tenís
nuestros celulares. CÁLLATE CONCHATUMADRE ME ESTAI IRRITANDO. Llamaba y
llamaba, al parecer no le contestaban. El chaqueta negra y buzo gris seguía
impacientando. LES VOY A SACAR LA MIERDA. Qué nos vai hacer. Se van a ir presos
po culiao. Váyanse ustedes o quieren estar igual que estos. VÁYANSE LES DIGO.
Se fueron achicando las sombras en la calle hasta desaparecer. Se detuvo un
coleto y bajó una señora grabando con su celular. Ayúdenos, señora, no hemos
hecho nada, nos tienen detenidos, no se vaya. Váyase, no se meta en esto. No
grabe. Váyase, le gritó. Yo solo viendo las figuras de luces amarillentas,
escuchando las voces que discutían. Solo vi que era un colectivo de letrero
verde. Se fue. Ahora sí que la vendimos,
me dije hacia mis tripas que en ese momento estaban heladísimas. A los minutos
después llegó la patrulla de los pacos y como nunca se bajaron y actuaron como “debe
ser”. El jalao se identificó con el cabo. Claro está, era milico y andaba de
civil y nunca nos dejó que lo mirásemos a la cara. Porfiado de que habíamos
saltado el cerco del regimiento y por eso la “detención” y la tortura. El cabo
no quiso meterse en la paranoia del milico. Que alguien se haga cargo del
procedimiento y la denuncia y los llevamos detenidos. Hizo un par de llamadas.
No quería hacerse cargo. Se viró con sus dos socios. Los pacos nos hicieron
control de identidad y eso era todo. El resto nunca pasó y si pasó no me
acuerdo. Quetiapina para dormir, Clotiazepam para las crisis.
And they’re
thought to be lies
But we saw them,
saw theme
We looked right in
their eyes
Right at them
Pinning space to
the world
We’re slaughtered,
slaughtere
Not a sound to be
heard
We’re awful, awful
Pájaro agarró su jockey
botado al lado del paradero, igual que él, igual que yo. Se lo puso y pescó la
bici. El paco le pasó su luquita que estaba tirada. Me abrazó y nos viramos,
sin decirnos nada, mirando los autos que ahora si pasaban.
No
salimos ilesos, quedamos magullados y temblorosos, pero esa hueá no hubiera
sido tanto, más de una vez me he pegao porrazos peores por andar curao en bici.
La mala nuestra fue que quedamos con marcas de guerra, de una guerra a la que
nos metieron con camisa de fuerza, en la que no llevamos más armas que nuestros
ladridos de perros callejeros. Fuimos prisioneros de la furia de unos perros
más grandes y violentos, perros entrenados que solo pueden ladrar detrás de su
cerco. Marcas de guerra que se intensifican en los ladridos nocturnos y en los
aullidos mirando esa luna que pensamos no volver a ver jamás, repitiéndose en
la cabeza una y otra vez:
Heaven
receives you and throws you back
Sending
a dummy to my God
Ahora miro la
pantalla del PC, temblando y balbuceando esta mierda de historia, que poco y
nada de valor literario tiene, pero que si tiene muchos pedazos de nuestra
desgarrada noche: Al final uno pasa un rato de tiempo acá, sí, acá en la vida,
así que da lo mismo supongo.
Jean Baptiste Clamence
Belt Enebros
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