LA TÁCTICA DEl MIEDO


Las noches han vuelto a ser lo que viví cuando niño: el lugar del miedo. En la esquina de mi casa, una patrulla de carabineros dejó pasar a todos los manifestantes, justo en el preciso momento en que se quemaban propiedades del retail. Estaba apostada observando como si nada. Gente de civil, aguardando en los costados, la escoltaba mirando el supuesto espectáculo de la plaza. Obviamente, no estoy llamando a la represión, sino a narrar la suspicacia del fenómeno. Esto parece muy extraño. ¿Una nueva forma de represión? Después de lanzar lacrimógenas y balines para dispersar la marcha, los locales comerciales se encontraban sin ninguna custodia. El banco, el mall y la Afp se quemaron simultáneamente. Hay formas genuinas de respuesta por medio de las barricadas, pero también existen tácticas provocadas a partir de la desidia de las fuerzas públicas. Todos hemos visto las imágenes; necesarias imágenes de la urgencia grabadas por celulares, que permiten repensar una resistencia en la dictadura de Piñera. La doctrina del shock puede tener nuevas modulaciones, y hay que cuidarse de sus fuentes y propósitos.  Ayer tuve que cuidar a una niña de 3 años, mientras asolaban las bombas lacrimógenas y los balines en las calles. El momento destituyente sigue y parece que no se detiene; algunos intelectuales de Vitacura y Providencia continúan con su idea de defensa de una democracia que ya perdió su mascarada. Otros siguen con su movida hippie y esteticista. Las escrituras situadas deben corresponder con su testimonio a la desafectación noventera. Parece que algo está cambiando en el interregno de los afectos, contando la música y la poesía.

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