Pavesas






Craqueamos pavesas ardientes
con cada nuevo
y no tan nuevo
acabado de mundo.

Ganamos crédito
de rentas intangibles,
al fin de cada día,
en casa, laborado.

Pero todo se vino encima
antes que gestiones advirtiéramos.
Como fuere, estaba previsto
que algo así / posible de suceder,
pasar pudiera.

Derroteros del veleidoso presente
inoculan celular las implosiones,
do todo código es,
por errado, refractario,
y sin embargo, asequible.

Por esa madriguera entré al Silencio®,
espiral infinita donde me programaste,
merced al ardid,
orgullosamente hermetizada.

Rotura de la culebra
que nada (se) engulle
siquiera contra
y gracias
a
             si
  misma
            y
  desde
           si.

Escaras aún,
las que me pueblan.
Todo incendio es,
de por sí, inolvidable.

Recrea la aldea arder:

Pavesas craqueadas
con viruela, teletón
y toque de queda.

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