Sentí un ruido del pasado



En la habitación

el silencio
golpea con más fuerza 
que el latido ausente
memoria ha de ser 
nuestra forma de vida
memoria de cuerpo arrojado al mar.
Nos partieron en pedazos
desmembraron nuestros cuerpos
nos desangraron en la sal del mar
nuestras pasiones tristes
de vivir el duelo
serán la alegría con la que
vengaremos sus nombres.
Tanto tiempo que las hemos reclamado
y tanta calle aún que nos achican
y de tanto tachar nombres
por intento de borradura
los escribiremos una y otra vez
con la sangre de la historia.

sus músculos             sus manos su nombre
sus formas                 su mirada sus gestos
una mujer                   su cuerpo su carne
a la parrilla

no quiero escribir      NUNCA MÁS sobre esto
y es como si me dijeran:
acomoda ahí adentro algo
engulle, traga
carne y hueso
tectónicas tiritan cuando cedo al sueño.
La sangre pastosa
se transforma en costra tibia
parto a parto resistencia en silencio
río encontrando su cauce desviado
siglo a siglo la corriente
parto a parto de nuevo
grito a grito el dolor
una y otra vez el hilo en la cuerda vocal
parto a parto la resistencia en silencio.

Intercambio el recuerdo de mi nombre
                                            por el tuyo
te doy lo que tengo             recuerdo
palabra nombre.
Nos hermanamos sabiendo que
guardarnos las espaldas
es una forma de besarnos en la frente
saludarnos hasta mañana
una suerte de suerte
como anunciarnos el aviso
resguardarnos del estado.

En la esquina 
la niña
con los ojos perfundidos por la nada
no corre, no grita, no perturba el espacio
estática se aferra a la carne del cuerpo
el eco de las risas se pierde 
                                             por última vez.
En su memoria
no quedará un soplo de las tardes.
No habrá justicia que devuelva
el abrazo, ni la voz.

Nos acostumbramos

El mecanismo del anticipo
nos hace revivir las cosas que otras han vivido
la herida se planta
ninguna cicatriz se borra
juntamos los cuerpos mutilados
desaparecidos
hay horrores que no dimensionamos
la supervivencia nos ha hecho sigilosas
habitar en la sospecha
en el límite constante
a punto de-

Parto a parto de nuevo la marea
criamos la mueca frente al espejismo
criamos
siglo tras siglo dentro nuestro el temblor
chicas muertas
mis palabras no las cuidan
necesito un escudo                  armas mortales
maldiciones                              condenas
memoria           memoria me moría
me moría                                  moría con ella
memoria de cuerpo oculto en el suelo
lo que sangra memoria
de algunas no sabemos
las vimos llorar
las hemos visto llorando la rabia
hemos llorado la rabia juntas
después de llorar queremos venganza.

Somos el agua secreta
pozo venido del fondo
al grito furioso de la superficie
      y ellos
en su holgura
limpiándose el polvo
en la entrelínea de la historia
desperdigaron pétalos como dagas
introdujeron el moho
en nuestras risas desdentadas
sacaron ojos, cortaron gargantas
      y nosotras
granito a granito el barro
puntada a puntada en la garganta
una y otra vez el hilo de la cuerda vocal.

Le debemos estos versos
a Daniela en pantomima
a Fabiola Campillay
impactada por esa lacrimógena
le debemos estos versos
a Macarena Valdés
luchadora infatigable
le debemos estos versos
a nuestras abuelas
madres, hermanas
hijas, compañeras
a su fuego siempre vivo
en la memoria
secreto tienen memoria y sangre
recuerdo de la herida que lamiste
recuerdo de lágrima vista
criamos la mueca en la jungla que nos impusieron
entregamos nuestra rabia y tristeza
sin compensación al daño.
El repaso del día de mañana y las rutas por hacer
dejan masticándose mandíbulas
criamos rebeldes el incendio
río del cauce en nuestras venas
parto a parto moldeando de nuevo el barro
más terroso
más profano
granito a granito el barro
memoria ha de ser nuestra forma de vida.
Les debemos estos versos
en los que conmemoramos la vida
y también la muerte
como prueba de la historia.
Que guarde el testimonio nuestra ira
único rezo
en los versos dedicados.

Aunque los sueños se nos nublen
y desespere la mirada
en todos nuestros gestos
aguardarán sus rostros
como si el miedo pre-vivido paliara el sufrimiento
de lo que estaría por venir si es que-

Por las noches 
se nos aparecen traspuestos los rostros
revisamos las señales
pervivencia es anticipo
no vaya a ser que nos toque lo que a otras
repasa el grito sin soltar
modélalo adentro para domesticarlo.
Pactar con sangre deviene vínculo
la sangre espera el rito
materia viene de potencia
del sueño, realidad
río encontrando su cauce desviado
siglo a siglo la corriente

                       ¿DÓNDE ESTÁ?

su rostro              su cabello su piel
sus sombras        su voz     sus piernas
una mujer
le pido permiso                                 para llorarla
le ofrezco al río                                 todo lo que tengo
lo mío es suyo                                  y nada es nuestro
mis hermanas                                   y yo
desesperadas                                   las muertas
se suceden
yo no quería tener miedo.

Valdivia, 9 de marzo 2020

Sofía Barría Riquelme, Isidora Vicencio Andaur, Macarena Solís Maldonado, Florencia
Vergara Aguilar, Martina Pedreros Rodríguez y Cristina Gallardo Jiménez

Comentarios

  1. Hermoso llamado a la responsabilidad de nuestros compañeros, de aquellos que no agreden físicamente, que no matan, pero que sí violentan cuando no son conscientes de sus privilegios.

    Somos el agua secreta
    pozo venido del fondo
    al grito furioso de la superficie
    y ellos
    en su holgura
    limpiándose el polvo
    en la entrelínea de la historia
    desperdigaron pétalos como dagas
    introdujeron el moho
    en nuestras risas desdentadas
    sacaron ojos, cortaron gargantas
    y nosotras
    granito a granito el barro
    puntada a puntada en la garganta
    una y otra vez el hilo de la cuerda vocal.

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