¿No nos hemos ganado todavía el derecho regalo a no tener policía?

foto de Coni R.



¿No nos hemos ganado todavía el derecho regalo a no tener policía?


1.

Las machas brindamos con singani
que vaciamos a las bocas de la comparsa
para que resistan cerro arriba
la noche en el desierto
los petardos explotando con colores de este lado
la multitud fervorosa nos ha hecho hermanas
algo para jugar a conjurar con miniaturas de Alasitas
picor de piques a machos todavía.


2.

Amarres rojos por los pelos
que se adelgacen o se demarquen como pompones
tal vez cableando sangre a  tierra
invocamos las presencias
canales de esta-una-nuestra boca
tubo luminoso para nombrarlas bien
arácnidas en el instinto de hacer maraña el cosmos
para un nido
cada punto de la red
es
una
entrada
            contra-olvido
puntal
            cabeza
                        capitulum (cabildo)
trenzando la cotrenza
tensando y tendiendo
rutas del mapa
que cambia
como de los fuegos crepitando esquinas
rutas del mapa
que cambia
y hace puente
como raíces por debajo de las montañas abrazadas.


3.

A veces los agujeros que quedan en la piel no dejan ver al otro lado porque la superficie es densa, porque la propia barrera impone dolor ante el impacto.
Así, mediremos los proyectiles y sus estadísticas en número de balines, pero no olvidaremos que la carne no puede atravesarse como se taladra una pared ni puede cerrarse rápido como el agua tras la onda.

Nuestra solidez aún depende de la suavidad del tacto, de la blandura del alimento, del cierre de un abrazo, incluso, si quedara la perforación, el aire puede atravesar conteniendo la palabra y llevarla lejos para que la oigamos y la oigan en otros lados; y el líquido rojo que de la carne emana, tiene la viscosidad suficiente como para pegarse en las paredes como forma tangible de esa palabra.


4.

NaCl

Descalzar la vereda con las manos en alto
sujetando sentencias sintéticas
las pieles chorrean factor de protección +50
corrosiva con la mezcla de los gases
ya nos habituamos a inhalarlos
pero nadie puede solo dejar los pies en la vereda
que sea la calle el cauce que de los ríos se vuelve ancho
dicen desde el norte
y desborda las orillas que tenían tantas piedras
el cauce de los ríos se vuelve ancho
y desborda las orillas
arrastra escombros y basurales
y de pronto las calzadas se vuelven turbas
y las turbinas movilizan el agua para crear
en otras formas de energía
el movimiento se propaga
si conduce la materia sin torpezas
la energía fluye en los metales
si no
siempre un pañuelo nos va a cubrir la boca
que permite experimentar la química simple
del agua bicarbonatada dilatadora
sabiduría de dispersar
como el rocío que mantiene húmeda la vegetación
y sacia salvando, refresca
como olita que revienta tan pronto
que se retrae a guardar la espuma
pero deja en el aire moléculas de agua
oliendo el salado se compensa el ardor del rostro
entre el sol desde temprano
y los gases irradiados a la redonda
nos queda
entre el humo de distintas procedencias
y la lluvia que lame todo
el chorreo de las paredes
apaciguando las nuevas hogueras
pero las consignas van pegadas a nuestros ojos
y de allí que no las remuevan.


Chilean dream

La excepción que hace a la regla la confirma
sobre todo si se asume en contraste a lo que la define:
            OASIS DENTRO DE A.L.
            PARAÍSO NEOLIBERAL
            ORDEN, OBEDIENCIA
            LABORATORIO DEL 1ER MUNDO EN EL 3RO

Pero salta la bala y aún las manos tiemblan
porque lo telúrico es un modo de decirnos
y si no sale de a poco llega hasta el grado 10,
índices que rompen instrumentos de medición
y requieren del gesto solidario
la olla común por los días
hasta que nos traigan la reconstrucción
y sus tapas por las noches
van batiendo los vacíos de las tripas
y las velas se consumen tan rápido
que a penas iluminan la lista con interrogaciones
al lado de los números de los que faltan.

¿Esta es la tierra fecunda y el reservorio para el futuro?,
¿quiénes son los dueños de esta, si dirimen mientras miran por sus ventanas blindadas las viñas de exportación?

Cifras extraterrestres de utilidades,
brechas entre clases como distancias entre planetas,
percepciones del cotidiano tan distantes que parecen lenguas muertas,
pero la lengua madre aparece en el sueño,
en la herida que se abre y brota,
como al rasgar una costra que no termina de secarse
porque quedaba pus,
quizás agentes patógenos continuaban escondidos
y resistentes a antibióticos,
mutantes adaptados al organismo,
a punto de entrar a la codificación genética.

Pero, como bálsamo reconstituyente de la flora intestinal,
vamos barriendo las falsas impresiones,
vamos conociendo la naturaleza del discernimiento,
vamos amando la misión común
y nos instamos a vernos, qué duda cabe,
en lo que cada quién es dentro del somos.

Yo NO me identifico con el chilean dream,
porque nadie sabe que sueña hasta que abre los ojos
y vamos barriendo los residuos de la noche,
discernimiento que a veces
reside en el sueño de volcanes en erupción,
placas tectónicas fisuradas desde abajo
y es el mismo magma que conecta
porque nunca será lo que disocia.


Martina Pedreros Rodríguez
Primavera 2019
Valdivia

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