No está permitido comprar a vendedores ambulantes ni donar dinero a músicos al interior de los trenes

(poema escrito en la ex estación ñuble del metro de santiago antes del estallido de la revuelta)



dos chicas se besan frente a las puertas anti suicidio
en la torva derretida superficie
a un viejo le rompen la quijada a puñetazos
ciudadanos dicen que andaa roando
detenido escaleras abajo
adulto joven de barba delineada en barbería
revisa excitado la mercadería cultural
que acaba de adquirir en el emporio persa
no miro a nadie
busco mis ruinas en el jockey del viejo masacrado
papelería de dorito y superocho
ni un boleto para botar el chicle
¿vai a defender a este ladrón culiao?
un guacho –sindicado como flaite en La Tribuna
silba exorbitante una melodía
que captura a todo el carro. Es
el alegreto de la sétima de Beethoven
pero otro tipo pasa
bajo la tele del metro de Santiago
donde un economista amenaza con la guerra comercial
porque siempre nos merecemos más pobreza
ríe solo y viril el fanfarrón
mientras repite socarronamente
P E D R O L E M E B E L
sucede que era el mismo rapero insuflado
que estaciones atrás fristaileaba
repiqueteando en común tristeza y aburrimiento
la falsa singularidad de nuestras cuerpas
también hay cosas gratuitas
fue la última rima que le oí antes de ensordecer
en la báltica y mis fonos renegados

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